Política exterior del "Pinochetimso sin Pinochet" (Parte 1)
lunes 28 de diciembre de 2009
Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
Analizando políticas internas e internacionales, la izquierda chilena encara con pragmatismo el dilema de la segunda vuelta del 17 de enero: Eduardo Frei representa el “mal menor” ante el neo-pinochetista Sebastián Piñera, cuyo discurso disfrazado ahora de “progresismo” promete más gasto social del Estado; en el fondo, continuar con las políticas sociales de Michelle Bachelet pero “mejoradas”.
Para alinear a un más amplio espectro social tras la minoría más rica de la sociedad –cuya fe pinochetista no merece dudas–, Piñera copió la engañosa propaganda de Obama “We can change” (Podemos el cambio) adoptando “Súmate al cambio” como slogan del “pinochetismo sin Pinochet”. En el fondo, el candidato de derecha representa al pinochetismo reciclado como “demócrata” para el juego electoral a través de los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN).
Desde que comenzó a diluirse la dictadura, en 20 años de “transición” en que aún rigen la Constitución de 1980 y el retorcido sistema binominal de elecciones, los “cambios” de Piñera intensificarían el neoliberalismo, traerían más represión a los trabajadores, una guerra frontal a los mapuches y, entre otros efectos cotidianos, el regreso a la TV de los ayudantes civiles de la dictadura militar entronizados hoy en el Congreso, más las caras jóvenes de una extrema derecha que no ha ganado una elección popular desde 1958
Diferentes sectores de la izquierda están pronunciándose por Frei. El ex presidente tiene el apoyo del Partido Comunista y de los socialistas disidentes e izquierdistas independientes que se alinearon tras la candidatura de Jorge Arrate y ahora está conquistando a los votantes izquierdistas de Marco Enríquez-Ominami (ME-O).
La postulación ME-O tuvo una impronta transversal poli-clasista, con propuestas de izquierda matizadas con formulaciones privatizadoras de las tres empresas públicas sobrevivientes de voceros cercanos, como el economista Paul Fontaine, quien terminó trasladándose al comando de Piñera. La candidatura, empero, criticó el sistema partidario cupular de dos décadas implantado por la Concertación de Partidos por la Democracia, que agrupa los partidos Por la Democracia (PPD), Demócrata Cristiano (PDC), Socialista (PS) y Radical Social Demócrata (PRSD).
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Política exterior del "Pinochetismo sin Pinochet" (Parte II y Final)
La política exterior del neo pinochetismo aspira a detener los procesos políticos latinoamericanos que buscan un reencuentro con las raíces populares contrario a los intereses estadounidenses. El mismo día de la primera vuelta (13 de diciembre) el abanderado del “pinochetismo sin Pinochet”, Sebastián Piñera, se reunió con la cúpula de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA), que celebró un cónclave en Santiago y actuó como "observadora" en los comicios. Se espera una verdadera avalancha de “veedores” de la UPLA en la segunda vuelta del 17 de enero, que también vienen a “aprender” las tácticas verborreicas del pinochetismo reciclado en la Unión Demócrata Independiente UDI) y Renovación Nacional (RN).
La UPLA, que procura captar la clientela reaccionaria de la Organización Demócrata Cristiana (ODCA), trasladó a Chile a personajes derechistas como Armando Calderón Sol, ex jefe de estado de El Salvador (1994-1999) y presidente honorario de la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), el partido de extrema derecha derrotado en los comicios que en marzo de 2009 eligieron a Mauricio Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional. Al encuentro asistió, además, Azalia Avilés, vicepresidenta de la UPLA y dirigenta del Partido Conservador de Nicaragua.
También participó discretamente el ex alcalde de Río de Janeiro César Maia, un prospecto de la derecha brasilera más conservadora, que tuvo un pasado como militante del Partido Comunista Brasilero (PCB) en los años 60 y cuyo historial evoca la trayectoria de Carlos Lacerda, el gobernador del estado Guanabara (Río de Janeiro) que en 1960-1965 impuso el exterminio físico de los mendigos cariocas. Maia vivió en Chile en los años 60 como exiliado de la dictadura militar que derribó a Joao Goulart (1961-1964), al igual que el ex presidente social demócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2003).
Maia hoy es figura relevante del derechista partido Demócratas de Brasil (DEM), una tienda corroída por la corrupción que debió cambiar su anterior nombre de Partido Frente Liberal. Los cambios de marca son una constante en el partido de Maia, quien perdió la alcaldía de Río después de manejarla -directa o indirectamente- durante 16 años.
Modelo de Partido UPLA
El historial del partido de Maia ilustra cómo se reciclan y reproducen en “el juego democrático” los partidarios de las dictaduras, tal como ocurrió en España con la conversión del franquismo en Partido Popular, la tienda de José María Aznar, y el reciclaje del pinochetismo chileno en dos partidos hermanos pero con rivalidades, la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el Partido Renovación Nacional (RN), de Sebastián Piñera.
Interesante reseña del artículo; pinochetismo latinoaméricano?? Recomiendo.
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