"Claro que no somos una pompa fúnebre/Usamos el derecho a la alegría",
Mario Benedetti
Por Roberto Quesada, escritor y diplomático hondureño en resistencia, director de Honduras-USA Resistencia
Rebanadas de Realidad - Nueva York, 28/12/09.- Es tradición, venga de dónde venga la idea, de que al finalizar un año renace la esperanza en el ser humano de que el siguiente será mejor. Los sueños no cumplidos quizá puedan realizarse con la llegada de ese nuevo año. Y esto no es nada criticable pues es bueno que exista ese sentimiento de que todo tiempo pasado fue peor. Por ejemplo, cuánto desearía que este último artículo del año del último lunes fuera lleno de optimismo y de auténtica reconciliación entre hondureños/as, pero quienes dieron el golpe de Estado-militar no lo han querido así, se han parapetado en su capricho y en el escudo de que los Estados Unidos los respalda. Para estos el pueblo hondureño es lo de menos, de menos, menos.
Así de insólita, Honduras entra al nuevo año con tres presidentes pero sin gobierno: uno, el constitucional, por estar preso en la embajada de Brasil; otro, el de facto, que ante los ojos del mundo y de gran parte de la población hondureña es inexistente al encaramarse al poder a través de un golpe de Estado-militar, por tanto nadie le ha reconocido; y el recientemente electo que aún está en el limbo puesto que los efectos del de facto lo arrastran inevitablemente al no reconocimiento internacional, al menos a corto plazo.
La cifra de muertes políticas ha ido creciendo, las violaciones a los derechos humanos no se han detenido desde el 28 de junio que se perpetró el golpe de Estado-militar, crece el temor a la devaluación de la moneda y la inflación (y escasez) en los productos de primera necesidad, como el de los alimentos y medicinas, que, según se sabe, han subido de precio. Con todo este panorama es difícil, por no decir imposible, despedir uno y recibir otro año con alegría. Y si a esto agregamos que los compatriotas en los Estados Unidos están teniendo problemas para la extensión de su permiso temporal (TPS) puesto que nadie negocia por ellos si no existe un gobierno reconocido por nadie, entonces vemos que las cosas van de mal en peor.
Lastimosamente para Honduras el año pasa como si no pasara, pues gente cegada por el rencor, el odio, la avaricia, se ha negado a dar los pasos con los que se pudo salir de la crisis política lo antes posible sin que se acentuara la crisis económica y se abriera más la brecha de una sociedad cada día más dividida. Por culpa de unos cuantos cruzamos hoy de un año a otro sin la mínima ilusión, por el contrario, con el temor de que aparezcan fantasmas como la hambruna, así lo reafirma el triste reciente informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia: "Honduras registró este año una mortalidad de 6,000 menores de 5 años, un promedio de 16 diarios (…). Según Unicef, en Honduras cada año nacen por lo menos 202,000 niños y niñas, pero agregan que lo triste es que de ellos mueren 6,000. A diario fallecen 16 infantes, una cifra todavía superior a la del 'Estado Mundial de la Infancia' que registra 13 niños al día", expresa el documento. (Tiempo 27/12/09).
No obstante, a pesar de los pesares, el pueblo hondureño ha asistido masivamente a las inmediaciones de la embajada brasileña a celebrar Navidad con su presidente constitucional, Manuel Zelaya Rosales, en cautiverio. Fue impresionante ver esas imágenes de solidaridad, de música y baile, la alegría y optimismo no se ha doblegado en el pueblo hondureño en seis meses de tupida represión. Y se espera que el 31 de diciembre, noche de año nuevo, se repita con más pasión esta celebración en las afueras de la embajada de Brasil.
El 23 de diciembre en la ciudad de Nueva York el pueblo hondureño acompañado de la solidaridad internacional celebró también junto al presidente Zelaya las fiestas navideñas. Se realizó lo que ya está haciéndose tradición: la tamaleada. Disertó el sacerdote Ismael Moreno "Padre Melo", en el International Action Center, en Manhattan y el acto se transmitió por Radio Progreso, Radio Uno, Radio Globo, Radio Mi Gente y muchas otras más. Todo para confirmarle al presidente Zelaya, aunque duela a sus enemigos, que no está solo ni en Honduras ni en el mundo.
Como lo dijimos en un principio, que sospechábamos que el golpe de Estado-militar era un experimento para aplicarse, según sus resultados, en otros países latinoamericanos que estén soñando con mejorar el nivel de vida de sus habitantes, se ha ido evidenciando cada vez más que el golpe de Estado-militar se da en Honduras pero en realidad la idea es desestabilizar Latinoamérica, quizá por ello los Estados Unidos no hizo absolutamente nada para frenar la crisis, eso hubiese significado dejar a medias el experimento.
Desgraciadamente los agentes internos y externos que propiciaron el golpe de Estado-militar solamente han causado daño a un pueblo de los más pobres del hemisferio, no han logrado nada en contra de los países que supuestamente iba dedicado el golpe, no, sólo ponerlos en alerta para prepararse por si intentan aplicarles el caso Honduras. Es seguro que si eso sucede no se encontrarán frente a un pueblo tan pacifista como el hondureño sino que el mapa de América Latina volverá a teñirse de sangre, como quien dijera: "Los hondureños hemos vuelto a ser carne de cañón".
Esto se demuestra en que el exilio cubano de Miami, desde el 28 de junio, ha hecho de Honduras su centro "turístico", tanto para respaldar golpes, dar y recibir premios, como para conspirar contra sus adversarios demócratas… quizá sea por eso que el subconsciente colectivo hondureño tenga en el 'top' de la música bailable navideña, del Grupo Santa Fe, ¿Cómo se mata el gusano?
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