1. Historia
El mes de abril se convirtió en un símbolo de la lucha por la democratización de la tierra en Brasil en todo el mundo. El 17 de abril de 1996, 19 trabajadores rurales, que participaban en una marcha, fueron brutalmente asesinados por la Policía Militar de Pará, en Eldorado dos Carajás. Era gobernador de Pará el sr. Almir Garbiel (PSDB). Era presidente de Brasil el sr. Fernando Henrique Cardoso. Según el abogado de defensa de los policías, la empresa Vale do Rio Doce financió la movilización del comando. La Masacre de Carajás fue uno de los crímenes más cobardes y estúpidos de toda la historia de nuestro país.
Pasados tantos años, hasta hoy nadie fue acusado o condenado.
En 2002, el presidente Fernando Henrique Cardoso sancionó el proyecto de ley de iniciativa de la senadora Marina Silva, e instituyó al 17 de Abril como Dia Nacional de Lucha por la Reforma Agraria. Por eso, en el mes de abril, aquí en Brasil y en todo el mundo se suceden movilizaciones campesinas en la lucha por mejores condiciones de vida y para avanzar en la Reforma Agraria. Este año realizamos una jornada de lucha, con movilizaciones en todo el país, ocupaciones de tierras, protestas y marchas, para seguir remarcando las necesidades históricas de los campesinos y campesinas.
Tenemos ante nosotros dos temas complementarios. El primero es la necesidad de retomar el debate sobre la necesidad de cambios estructurales en la propiedad de la tierra y en el modelo agrícola impuesto por el capital internacional en nuestro país, el llamado agronegocio. Y el segundo son las diversas demandas concretas, compromisos asumidos por el gobierno, para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de forma inmediata.
La elección del presidente Lula abrió nuevas perspectivas para los trabajadores rurales y para la Reforma Agraria. Después de la toma de posesión, acompañamos la formulación del Plan Nacional de Reforma Agraria, que fue rebajado por presión de la bancada rural y por la falta de prioridad del área económica.
En 2005, hicimos una gran marcha de Goaiania a Brasília, con 12 mil trabajadores y trabajadoras rurales, que caminaron más de 200 km , durante 17 días. Al final de la marcha, fuimos recibidos por el presidente Lula y entregamos una serie de reivindicaciones, con sugerencias para mejorar la política agraria. En aquella ocasión el gobierno se comprometió, por escrito, con los siguientes puntos:
1. Priorizar el asentamiento de todas las familia acampadas.
2. Actualizar los índices de productividad o sea, (cumlir la Ley Agraria)
3. Garantizar recursos para la desapropiación de áreas.
4. Crear una línea de crédito específica para asentados.
5. Crear una línea especial de crédito BNDES para agro-industrias y cooperativas en los asentamientos.
6. Ampliar los recursos para los programas de educación en el campo.
2. La coyuntura actual
Fue pasando el tiempo, y muy poco fue hecho en esa dirección. El resultado fue que, en estos años, aumentó aún más la concentración de la propiedad de la tierra. La opción por el agronegocio por parte de algunos ministerios se volvió más clara.
Jornada a jornada, todos los años, presentamos prácticamente la misma agenda al gobierno. Por eso decimos que nuestra agenda se volvió amarilla. Ninguna medida estructurante fue implementada y los pocos asentamientos que fueron realizados se hicieron más como medida de solución de conflictos que como proyecto alternativo para la producción. Miles de familias continúan acampadas. Y del total de familias asentadas por el gobierno, el 65% lo fueron en proyectos de regularización latifundista y colonización de la Amazonia.
Por otro lado, al aproximarse la elección, la derecha se articuló en los espacios donde tienen hegemonía, como el Poder Judicial, la bancada rural y sectores de medios burgueses, para atacar la Reforma Agraria , la lucha social y al MST. En los últimos meses, fue nítida la campaña promovida por los medios de comunicación de la burguesía. Los ataques al Congreso, como la constitución de la CPMI de la Reforma Agraria , la tentativa de imponer cambios legislativos a peor, como el caso del Código Forestal y otras iniciativas.
En el poder Judicial, el ministro Gilmar Mendes se transformó en portavoz del latifundio, defendiendo siempre el derecho absoluto de la propiedad, desconociendo lo que dice la Constitución , y abandonando el puesto de magistrado para transformarse en abogado de los intereses de los hacendados. Nunca se preocupó en recibir a la CNBB y a la CPT para explicar porqué, de los 1.600 asesinatos de trabajadores y lideres del campo de 1985 para acá, apenas 80 tienen procesos judiciales 16 fueron condenados y apenas ochos están presos. Ni explicó qué medidas el Poder Judicial está tomando en relación a los flagrantes delitos contra el medio ambiente y a las situaciones de trabajo esclavo del latifundio.
La senadora Kátia Abreu (DEM-TO), que grilou una tierra pública de 2.500 hectáreas en Tocantins y expulsó a los propietarios pobres, se levantó como baluarte de la tradición de la familia y la propiedad, soñando en ser vice en el gobierno de Serra. Por el papel que esta desempeñando al frente de la CNA (Confederación de la da Agricultura y Pesca de Brasil), sabemos que va a representar a los intereses más reaccionarios de la burguesía brasilera en el caso de que consiga ganar las elecciones. Los ataques contra los trabajadores ya comenzaron. Sabemos que pueden empeorar.
3. Nuestra acción
Nos movilizamos, primero, para decir a la sociedad brasileña que precisamos de cambios estructurales en la propiedad de la tierra, garantizando la democratización de ese bien de la naturaleza que la Constitución garantiza a todos los brasileños. Para decir que el modelo del agronegocio es perjudicial para nuestra sociedad, pues produce sólo ventajas para la exportación, produce en gran escala semillas venenosas, transformando al Brasil en el mayor consumidor mundial de agrotóxicos. Denunciamos incluso que la forma de producir del agronegocio, además de sobreexplotar a los trabajadores, degrada el medio ambiente, contribuyendo a los cambios climáticos que afectan a todos.
Nuestra movilización en este abril fue victoriosa. Miles de trabajadores protestaron en casi todos los estados del país. En todos los lugares la sociedad nos apoyó de diferentes formas. Sin la solidariedad de tantas entidades, sindicatos, iglesias y personas de buena voluntad seria imposible llevar adelante la lucha en condiciones tan adversas. Nos movilizamos para exigir del gobierno que cumpla sus compromisos: que recupere el presupuesto del Incra; que viabilice recursos para la desapropiación de las haciendas con procesos rápidos; que publique la orden que actualiza los índices de productividad, y que discuta seriamente formas concretas de organizar la producción en nuestros asentamientos. Que cumpla el compromiso de asentar a las familias acampadas hace tantos años.
Hicimos reuniones con diversos ministros: de Planeamiento, de la Secretaria da Presidencia, del MDA. Esperamos que los compromisos sean de asumidos de hecho y viabilizados.
De nuestra parte, como movimiento social, tenemos el deber y el derecho de seguir organizando a los trabajadores del campo, para que luchemos por nuestros derechos.
Estaremos atentos.
Y convocamos a todos los sectores organizados de las fuerzas populares a prepararse y a sumar fuerzas en la jornada del 18 de mayo, para una movilización nacional en pro de la reducción de la jornada de 44 a 40 horas semanales, sin reducción de salarios.
Luchar por Justicia Social es nuestro Derecho.
Sigan las noticias de la lucha por la Reforma Agraria en nuestra página de internet: http://www.mst.org.br/
Recomendamos también la lectura del blog de la Red de Comunicadores por la Reforma Agraria: http://www.reformaagraria.blog.br/
Secretaria Nacional del MST
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