"La crisis del euro es la construcción europea. El Tratado de Lisboa puede haber fenecido antes de haberse aplicado. Los especuladores se introducen por las numerosas fisuras de la U"!
Se ha hablado mucho estos días de las manadas de lobos que han intentado devorar la Europa del euro. Lobos (Steven Cohen, 'Sac'; David Einhorn, 'Greenlight'; Andy Monness, 'Monness Crespi Hardt & Company'; Donald Morgan, 'Brigade'; John Paulson, 'Paulson & Company'; George Soros, 'Soros Fund'; Harold Terry McGraw III, 'McGraw-Hill'; etcétera) acompañados de hienas con muchísima más presión en su mordida (agencias de clasificación de crédito, de calificación de riesgo o de rating como las tres norteamericanas que forman un oligopolio mundial, Standard & Poor's, Moody's y Fitch, y que tan desacreditadas quedaron desde la crisis de 2008) y toleradas cuando no controladas por basiliscos, o pequeños reyes en la acepción griega del término, vinculados al poder global y a las potencias que actualmente lo monopolizan. Los primeros apuestan por bajadas futuras en Bolsa y en el mercado de la deuda y se dedican a las posiciones en corto con opciones, futuros o tomando en préstamo títulos para venderlos apostando a que su valor caerá, comprándolos entonces más baratos o comprando seguros de impago en lo tocante a la deuda.
Las segundas allanan el camino a los anteriores con informes en no pocas ocasiones interesados. Y los terceros permiten que el juego continúe, a la par que se benefician del mismo, siempre y cuando tengan controlados a los dos primeros actores de la obra del capitalismo especulativo que viene representándose desde el siglo pasado.
En la semana comprendida entre el 26 de enero y el 2 febrero, los fondos especulativos y bancos de inversiones como el norteamericano Goldman Sachs y el alemán Deutsche Bank realizaron una venta masiva de euros a cambio de dólares, utilizando la estrategia de 'venta al descubierto' a la que aludíamos con anterioridad.
La crisis económica a la que se enfrenta la UE emana de problemas reales de la estructura productiva y financiera que presentan algunos de los países que la integran. Pero no es menos cierto que las dificultades se aumentaron y exacerbaron desmesuradamente por las presiones de algunos operadores financieros mundiales que diseñaron operaciones para ganar dinero apostando al empeoramiento de la economía europea, ya que cuanto peor fuera ésta, más beneficios les reportarían las enormes apuestas financieras contra los países de la zona euro y su moneda.
La especulación no es irracional, está perfectamente pensada y razonada para hundir las bolsas y bajar la calidad de la deuda para conseguir más intereses. Los especuladores se enriquecen generando el pánico en unos mercados que se hunden hasta que, cuando el precio es bajo, entran y obtienen plusvalías enormes. Los 750.000 millones de euros con los que la Unión pretende evitar la quiebra de los países de la zona euro han conjurado la amenaza, pero no la han eliminado definitivamente ya que la operación especulativa es muy potente y de muy altos vuelos.
La primera batalla se ha zanjado con la retirada de unos especuladores que llevaban meses apostando a la baja contra los mercados de acciones, de bonos y de divisas. Pero es un triunfo todavía coyuntural. Y lo es porque los capitales especulativos (ingentes cantidades de capital que se desvinculan del proceso productivo) que aparecieron con el neoliberalismo -o lo que es lo mismo, con el capitalismo que va de la crisis de los setenta del siglo XX a la del año 2007- siguen, y seguirán, estando al acecho de los países de una Unión desnortada y en la que cada vez creemos menos.
La inaplazable respuesta de ésta parece ser el primer paso para resolver los déficits de gobernanza económica que se arrastran desde la creación de la moneda única, aunque también puede ser una ficción más del cada vez más 'espectro europeo'.
Cuando se decidió adoptar una moneda común para un heterogéneo conjunto de países se vislumbraron ya los riesgos que esta correría en tiempos de crisis, ante la inexistencia de una unidad política y de cohesión social como la que todavía padecemos.
Aunque el Tratado de Maastricht y sus desarrollos posteriores hablaban de cohesión, no aclaraban qué harían para evitar la bancarrota de un país miembro.
Poner en marcha una moneda única sin un gobierno europeo, sin definir las estructuras para llevar a cabo políticas económicas comunes, sin que el BCE pueda garantizar la legitimidad política de esta moneda, fue en gran medida un disparate. La crisis del euro es la de la propia construcción europea, y el Tratado de Lisboa puede haber fenecido antes de haberse aplicado. Los especuladores detectan claramente estas incoherencias y se introducen por las numerosas fisuras del proyecto europeo.
En un mundo de capitalismo global, el espacio y el tiempo se han comprimido.
El papel y forma del capitalismo en este futuro no están claros. De hecho, aunque parece ser inmutable, a pesar de sus innumerables transformaciones, es poco probable que dure para siempre.
No sabemos si saldrá y cómo de la crisis de identidad que atraviesa. Lo que sí sabemos es que de la misma se pueden extraer dos claras conclusiones.
En primer lugar, que dos años después de la gran crisis no se ha prohibido ni una de las transacciones financieras especulativas que recorren el mundo, lo que manifiesta que los mercados financieros imponen su ley sobre la democracia, sobre el Estado democrático de derecho y sobre los ciudadanos.
En segundo lugar, que la construcción democrática de la Europa unida, concebida originariamente como heredera del pacto social de la posguerra, es, cada vez más, una quimera (cuando no una gran patraña), al estar totalmente supeditada a la ley de concentración y centralización de capitales, tal y como el último ataque a su moneda ha demostrado. Nunca la democracia y la libertad han corrido tanto peligro. Nunca la Unión nos ha parecido más débil.
*Daniel Reboredo es historiador.
El que no sabe quién es festeja sus derrotas y rechaza sus oportunidades
-
Hoy es un día venturoso. El Dibu la vio pasar 4 veces y Franco chocó su
auto con la carrera neutralizada: dos cartas de alienación que nuestros
enemigos ju...
Hace 3 semanas
No hay comentarios:
Publicar un comentario