lunes, 7 de mayo de 2012

Juicio del 11S revela torturas en prisión de Guantánamo

Rocío Mendoza - web@grupoepensa.pe
Lima - El juicio al cerebro de los atentados del 11S ha puesto en evidencia el desconocimiento de lo que realmente sucede en las celdas de la prisión de Guantánamo, incluso para los abogados de la defensa, confundidos por el trauma que muestran sus clientes.
"No sé la razón por la que mi cliente está atado con correas,Xguardias no nos han dejado hablarlo en privado", indicó el abogado militar de la defensa de Walid bin Attash, Michael Schwartz, nada más comenzar la vista preparatoria de ayer.se quejó después David Nevin, abogado civil de Jalid Sheij Mohamed, supuesto autor intelectual de los atentados del 11S., los acusados han decidido protestar "a través de la resistencia pacífica" y no contestar al juez.Pese a las restricciones de comunicación del presidio, Sheij Mohamed y los otro cuatro cómplices parece que llegaron con una estrategia coordinada para no hablar ante el juez militar de la comisión, algo que los abogados de la defensa aseguraron desconocer, lo que añade más confusión al caso.

Cuando, al parecer, Schwartz quiso discutir en la sala los problemas de comportamiento de su cliente "por razones que bien saben los miembros de la prisión", alguien desde fuera pulsó el botón rojo que bloquea el audio que censura información secreta.
"Quiero que quede en acta que fue cacheado totalmente desnudo, es un trato denigrante,

En una vista caótica, llena de interrupciones, Bin Attash se levantó la camisa para enseñar cicatrices en su brazo. La civil del recluso, Cheryl Borman, pidió que se investiguen las causas de las marcas, aunque no pudo asegurar que se debieran al maltrato de los guardias.

Según Nevin, que aseveró hoy que el Gobierno estadounidense quiere ver muerto a su cliente para eliminar testigos incómodos de las torturas de los años de guerra contra el terrorismo

Nadie sabe qué sucede realmente en los campos de prisioneros de máxima seguridad de Guantánamo, creados poco después del inicio de la guerra de Afganistán, y que pese a que el presidente Barack Obama prometió cerrarlos aún acogen a 169 presos, 16 de ellos de alto valor.
.La denuncia de las cicatrices de Bin Attash no ha sido contestada oficialmente por los administradores militares de la prisión de Guantánamo, aunque el coronel del Ejército Todd Breasseale afirmó que el Pentágono se toma muy en serio estas denuncias y las investiga.

En este complejo sistema ni siquiera los abogados, que tiene privilegios especiales, pueden hablar con sus clientes abiertamente sobre detalles de su confinamiento o de los años que pasaron en cárceles secretas de la CIA
."La tortura es como el malo que no acaba de aparecer" decía uno de los periodistas del medio centenar que pudo acreditarse para volar a la Base Naval de Guantánamo.

La desesperación de los reos la verbalizó Ramzi Bin al Shibh, uno de los que supuestamente fue entrenado para estrellar uno de los aviones el 11 de septiembre. El acusado gritó en un momento de la visita "nos quieren matar en los campos de prisioneros y que parezca un suicidio".



EFE



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