Escuchamos hablar sobre la distribución de la riqueza desde hace muchos años y cuando circulamos por algunas zonas de la Provincia de Buenos Aires o los conos urbanos de las grandes ciudades del país, vemos que se han construido gran cantidad de "countries". Esta denominación en ingles, ya conlleva una discriminación: no se llama "club de campo", en castellano, en un país donde vive gente que se comunica en ese idioma. Se llama "country" en inglés para mostrar que los que viven dentro son diferentes. Y si cada vez encontramos mas cantidad de lugares de este tipo, es porque crece la pobreza y se concentra la riqueza en pocas manos que viven rodeadas de un muro.
Puedo decir que en un lugar de la provincia de Buenos Aires, se pasea delante de los ojos de todo el mundo, un represor que esta condenado por un delito de lesa humanidad y goza de prisión domiciliaria pero puede salir a correr, a jugar al tenis, a tomar una copa con los amigos en el "country house"... Cuando la policía viene a verificar que el represor realmente cumpla con el castigo que le corresponde, el móvil policial NO PUEDE ENTRAR AL "COUNTRY". Es propiedad PRIVADA.
Dentro de estos ghetos viven señores muy respetables que cometieron ilícitos contra el pueblo argentino y que esperan juzgamiento o están condenados. Sin embargo, pagan expensas altísimas, emplean a jardineros que viven del otro lado del muro, hacen limpiar sus casas por muchachas pobres que viven en casas pobres y llaman al señor que les prepara el asadito del domingo con sus amigos, señor que también vive del otro lado del muro. Los pobres sirviendo a los ricos como en la época feudal. Y tengo que pedir perdón a todos los hermanos que fueron recluidos en ghetos y sufrieron humillaciones tremendas, cuando digo que ahora los poderosos viven dentro.
Cuando los uniformados entran a una villa, arrasan con todo. No importan los niños ni las mujeres, ni las pocas posesiones de los habitantes. Hay que atrapar a un forajido cueste lo que cueste y en ese momento, todos los que viven en la villa, son enemigos del orden. En los “countries” hay un tratamiento preferencial.
Sale un obispo de una conferencia y declama a viva voz que hay que solucionar "el ESCANDALO DE LA POBREZA". Se retira el prelado en un auto. Gana $ 12.000 mensuales, pagados con los impuestos de los pobres que dice defender. Sin embargo, no escucho a ningún religioso declarar que los sacerdotes hicieron un voto de pobreza y, por ello, no precisan tanto dinero para vivir. Por lo tanto, es injusto que el Estado sostenga a gente que no lo necesita. Tampoco escucho al prelado hablar sobre EL ESCANDALO DE LA RIQUEZA.
Escucho hablar a un grupo de personas que dicen representar al CAMPO. Según sus opiniones, son ellos quienes mantienen al resto del país. Cuando algún osado les dice que ellos tienen camionetas doble tracción muy caras, ellos responden que las necesitan para entrar a los sembradíos. Pero en las estancias, los peones viven en taperas y se meten en el barro hasta las rodillas cuando llueve, trabajan al rayo de sol en las mañanas o tardes veraniegas que te cocinan hasta el esqueleto. Ellos no necesitan 4x4. Aunque manden a sus hijos caminando varios kilómetros a la escuela mas cercana, esas escuelitas que les falta todo. Esos mismo chicos que no pueden acceder a una escuela secundaria cuando los hijos de los estancieros asisten a escuelas caras o no, pero pueden luego llegar a una universidad viviendo en grandes centros urbanos en departamentos alquilados o comprados por sus padres que los pueden sostener económicamente, en contraposición con aquellos que no llegaran nunca a la educación universitaria.
Nadie habla de estos contrastes. Ni tampoco nos ametrallan con informes sobre los albañiles que salen desde su casa muy temprano en la mañana y vuelven muy tarde por la noche, ganando muy poco dinero, trabajando de sol a sol en verano y de noche a noche en invierno, esos hombres que sufren enfermedades profesionales por trabajar a la intemperie, que sufren accidentes de trabajo donde se los muestra muertos o heridos como un objeto de observación y luego la noticia se desvanece.
Cuando asesinan a Marta García Belsunce en un country, la familia da directivas sobre la conducta a seguir por parte de los médicos que la asisten, de los fiscales, de la masajista, de la empleada que limpia la escena del crimen, pituto incluido. Cuando fallecen cuatro adolescentes en Nordelta al caer con su auto en un "lago" interno, el administrador del country declara que "los chicos muertos no pertenecían a la comunidad del country". Será que si no tenés poder adquisitivo, conducís tu auto mucho mas rápido que un chico rico que tiene tristeza.
Cuando desapareció Luciano Arruga, nadie nos lo informo. Ningún medio se ocupo. Solo la tenacidad de su hermana logro que algunas radios alternativas lo comunicaran. La justicia para Luciano es diferente que la justicia para Axel Blumberg, ambos unidos por una inmensa desgracia y desunidos por un abismo social.
Tenemos que consumir "novedades" que son mercadería para los medios de comunicación. Importan los pobres solo cuando constituyen una noticia. Los pobres del Chaco en época de elecciones, los indígenas de las yungas salteña desalojados, los locos del Borda y el Moyano en peligro de desaparecer en pos de un proyecto inmobiliario, el caos de transito que provocan los piqueteros cortando una calle, la validez de un sojero cortando una ruta y requisando la carga de los camiones que circulan, sin que los periodistas del stablishment los condenen... y así sucesivamente.
Como me gusta subvertir los pensamientos propios y ajenos, en las épocas del auge piquetero del 2002 y 2003, propuse unirnos todos al piquete, a pesar de tener trabajo o bienestar económico para forzar al gobierno a dar una solución a los desprotegidos. Para seguir en la misma línea de pensamiento, me gustaría proponer que distribuyamos la pobreza, Que el sueldo que le paga el Estado al Obispo o al Juez, sea repartido entre su destinatario y dos familias con chicos. Estoy segura que el obrero no se va a sentir avasallado por sostener a un indigente con su magro sueldo, pero seria un interesante ejercicio de observación, poder apreciar las reacciones de los que más tienen cuando tengan que compartir su salario con un desocupado.
Será hermoso ver los rostros de los niños que viven en casas muy importantes, compartir con los chicos humildes sus camas, sus juegos, su comida caliente en una casa decente, en habitaciones bien pintadas con bellos colores, lindas sabanas, almohadas bien mullidas, que los pobres también merecen.
Pensemos en la cara de un empresario acostumbrado a sentarse a la mesa con un buen mantel, cenar una buena comida con la posibilidad de repetir la porción, compartiendo con el obrero y su familia. A veces, debemos aprender de situaciones extremas. Yo propongo que aprendamos en una situación planificada y colectiva, intercambiando experiencias, conociéndose. Tenemos miedo a lo desconocido y un señor que tiene una situación económica muy holgada, no tiene ni la menor idea de lo que sucede fuera de su auto con vidrios polarizados y se nutre de las informaciones que le infunden altas dosis de miedo a todo. Los miedos se vencen enfrentándolos y la pobreza se derrota con decisiones políticas. Cambiemos esquemas. Distribuyamos la pobreza. Los ricos no quieren compartir lo que tienen. Los pobres son capaces de darlo todo.
Luchemos por un mundo mejor. Pidamos cosas imposibles y persigámoslas para que un día, se hagan posibles.
21/10/09
ESTELA LÓPEZ
estela.comex@gmail.com
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